A
un capitán sevillano
siete
hijas le dio Dios
y
tuvo la mala suerte
que
ninguno fue varón.
Un
día la más pequeña
le
cayó la inclinación
de
que se fuera a la guerra
vestidita
de varón.
Hija,
no vayas, no vayas,
que
te van a conocer,
llevas
el pelo muy largo
y
dirán que eres mujer.
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Padre, si lo llevo largo,
padre, córtemelo usted
que con el pelo cortado
un varón pareceré.
Siete años en la guerra
y nadie la conoció.
Un día al subir al
caballo
la espada se le cayó
y en vez de decir
maldito,
dijo, ¡maldita sea yo!
El rey que la estaba
oyendo
a palacio la llevó;
arreglaron los papeles
y con ella se casó.
Aquí se acaba la historia
de la niña y el varón.
( Anónimo)
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